Desde el principio voy a ser claro con dos cosas: ni sierra en el dorso ni dientes en el filo.
Si quiero una sierra, prefiero una de verdad, y los dientes en el filo sólo sirven, por lo visto, para cortar cuerda y cinturones de seguridad. Bien para los bomberos.
Y ahora, a lo nuestro.
Básicamente, existen cinco formas de afilar un cuchillo, que se ven en sección en este dibujo:
1- FILO CÓNCAVO: Es el de las navajas barberas y de buen número de cuchillos y navajas de monte. Sólo es posible realizarlo con una piedra esmeril redonda. La ventaja es que el filo es muy fino, llegando a cortar con mucha facilidad, pero el inconveniente es precisamente su delgadez, que hace que se parta o melle también fácilmente. Es difícil de reafilar por un usuario inexperto.
2- FILO RECTO O EN «V»: Es el que desciende en línea recta desde el dorso de la hoja hasta el filo. Es también el afilado más frecuente en todo tipo de cuchillos. Más robusto que el afilado cóncavo, tiene el inconveniente de que a medida que se va desgastando el filo, el borde de la hoja se va haciendo cada vez más grueso, por lo que hay que rectificar el ángulo cada cierto tiempo, con la consiguiente pérdida de grosor general de la hoja. Una alternativa es hacer un filo secundario cerca del borde, pero es sólo una solución provisional. Es fácil de reafilar por un novato.
3- FILO CONVEXO: Muy loado por cuchilleros de la talla de Bill Moran, es el perfil de afilado más robusto y adecuado para cuchillos grandes que vayan a machetear. Sin embargo, no conviene en cuchillos menores que vayan a usarse a diario, pues al ser curvos los lados de la hoja que se juntan en el filo, éste es bastante grueso. Es el perfil de corte de las hachas. Fácil de reafilar, presenta, aumentados, los mismos inconvenientes del afilado recto.
4- FILO DE SABLE: Es el más frecuente en cuchillos escandinavos y militares. En realidad es un afilado recto pero que termina en la mitad o el tercio superior de la hoja. Con ello se consigue un filo bastante robusto, pero fácil de reavivar pues el ángulo no varía de un afilado a otro: basta con apoyar toda la cara del filo sobre la piedra y desgastar ese lado sin variar la inclinación. Se repite esto por el otro lado. Al no quitar metal más que en el área del filo, la hoja conserva todo su grosor, y se calcula que este tipo de afilado hace que la hoja sea hasta un 40% más resistente a la fractura que con un afilado recto y un 60% que una con afilado cóncavo.
5- FILO DE BURIL: Es similar a los formones de ebanista o carpintero, es decir, que sólo un lado es afilado, permaneciendo liso el otro hasta el borde. Es muy fácil de realizar y reafilar, pero el corte tiende a irse siempre hacia el lado plano. Hasta hace poco, era exclusivo de los Tanto, pero empieza a verse en otro tipo de cuchillos. No acabo de ver su utilidad, salvo para trabajar la madera en un taller, y aún así…
¿Existe el cuchillo de monte ideal?
I – Forma de la hoja.
II – Perfil de afilado.
III – Aceros.
IV – ¿Forjado o mecanizado?.
V – Mangos.
VI – Agarres.
VII – Fundas.
VIII – ¿Industrial o artesanal?.
IX – Epílogo.