Soy consciente de la cantidad de cosas que se me quedan en el tintero, pero no puedo convertir este artículo en un tratado sobre cuchillería.
Hace algunos años, empecé a fabricar cuchillos para mí, y poco a poco han llegado personas encargándome distintos modelos.
Comencé de forma autodidacta, y luego distintas publicaciones y artesanos fueron echándome una mano con mis muchas dudas. En la cuchillería artesanal en general aún funciona la solidaridad y el apoyo mutuo. Entre los cuchilleros he encontrado una generosidad y una falta de prejuicios a la hora de compartir conocimientos, trucos, direcciones y procedimientos que contrasta con lo que se da en otros oficios.
Dentro de mis posibilidades, procuro devolver lo que yo recibí de otros, y aunque tarde en contestar las (a veces demasiadas y complicadas) consultas que me llegan, intento no dejar a nadie en la estacada.
Y espero que también se entienda que tengo más cosas que hacer en la vida que responder consultas.
Así que, sin pasarse, me sigue gustando hablar de cuchillería con personas sensibles y apasionadas por lo que fue el primer utensilio de la Humanidad, y que sigue aún en uso: nuestra garra perdida, el cuchillo.
¿Existe el cuchillo de monte ideal?
I – Forma de la hoja.
II – Perfil de afilado.
III – Aceros.
IV – ¿Forjado o mecanizado?.
V – Mangos.
VI – Agarres.
VII – Fundas.
VIII – ¿Industrial o artesanal?.
IX – Epílogo.